A mi abuelita Amanda
Un amigo me decía que sabía lo duro que iban a ser estos días porque mis abuelos son un pedazote de mi corazón. Cuánta razón. Crecí a su lado, viéndoles cada semana, recibiendo su amor incondicional y sus detalles constantes. Y aunque sé que mi abuelo era un caballero y un hombre demasiado detallista, estoy segura que siempre estaba la mano delicada de mi abuela detrás de cada mimo. En los cumpleaños, en las navidades o en un domingo de lo más común. Esas manos delicadas también sabían costurar, cocinar, inyectar, podar, dibujar, guardar y quién sabe cuántas cosas más. Esas manos pertenecían a una mujer fuerte y paciente; a una madre amorosa y dedicada. Ella nos enseñó a hacer puntadas y pegar botones, nos consintió con sus manjares, nos fomentó el amor a nuestro país y nos celebró cada logro que ibamos alcanzando. A pesar que el miércoles mi abuela dejó de respirar, siempre estará aquí. Con su inolvidable pelo plateado, con sus enseñanzas y con todo el amor que nos dio a cada uno de nosotros. Mi abuela siempre estará aquí, en nuestros corazones, pero ahora también está con su flaquito descansando en paz. La quiero mucho❤️. Espero que me siga leyendo y cuidando desde el cielo. Vivi