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Una flor en el desierto

Mientras escribo esto espero que mis latidos se normalicen, Honduras ha ganado en San Pedro Sula. Fueron casi 100 minutos de sufrimiento y tensión, era hoy o nunca; el partido clave. El Himno Nacional se cantó con fervor y entusiasmo, con los titulares abrazados en la cancha y con la mano en el corazón. Qué grandes somos los hondureños, el Olímpico estaba lleno a pesar de todo, la fidelidad se demostró una vez más. No nos podían fallar, a los que pudieron alentar en la grada y a los que lo hacíamos desde lejos. Pasó un poco de todo, comenzando por la expulsión de Jorge Luis Pinto. El colombiano no se controló y fue bien expulsado por el arbitro. No puede perder el norte de la manera que lo hizo, su desenfreno le costó estar fuera del banquillo en el importante duelo ante Canadá y parece que "El Lobo" Guevara no tiene la autoridad necesaria para ordenar un cambio. Un partido difícil, muy peleado y sufrido. El Salvador no hizo mayor cosa pero Honduras por ratos careció de orden y contundencia. Cualquier falta de concentración pudo ser fatal. Elis, Najar, Boniek y el Chino intentaron llevar al equipo hacia el frente en la primera mitad pero lo hicieron sin éxito. El descuento no podía ser de otra forma, Bonieck rompió el hielo con un golazo. ¡Bendito tu pecho, Óscar! Un control de balón exquisito seguido de un riflazo nos devolvió el aire y las esperanzas de clasificar a la hexagonal. Mi mamá me mandó un Whatsapp que dejara de gritar, y si hubo algún vecino que no estaba sintonizando el partido... is it too late now to say sorry? Perdón por haberte despertado pero el grito me salió del corazón. Honduras siguió atacando en busca del segundo gol de la mano de Costly, que levantó a todo el estadio con su ingreso. Después de esperar mucho tiempo por otros cambios y de un par de malentendidos ingresó Quioto en lugar de Lozano. El "Romántico del gol" nos enamoró con su desborde por la izquierda y su disparo a primer palo. Un 2-0 que no se asimilaba muy bien porque fue en el cierre de partido, pero que nos ayuda en la diferencia de goles en la tabla. Me voy a dormir feliz y tranquila, el enojo que tenía el viernes pasado se esfumó. Como diría Laura Pausini...¡Se fue! Faltan muchos aspectos que la Selección puede mejorar, muchísimos en la lista, pero en este momento no importa. Estamos a 6 meses para el próximo partido, con unos Juegos Olímpicos a mitad de camino que pueden aportar mucho al rendimiento en los siguientes partidos de la eliminatoria. Durante este tiempo todo puede cambiar, y esperemos sea para bien. Nuestras esperanzas mundialistas son como una flor en el desierto, están vivas a pesar de todas las contrariedades por más loco que parezca. Las vallas publicitarias del Estadio Olímpico enviaron un mensaje a alguien que está muy lejos de San Pedro Sula pero que vio el partido desde el mejor lugar. Arnold, feliz cumpleaños, seguramente hoy estarías celebrando el triunfo con tus compañeros en los camerinos, pero estuviste presente en esa camiseta blanca que alzaron en tu nombre y en tu honor. VQV

Una flor en el desierto
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