15.03.17 |
Muchas veces estamos emocionados o ansiosos con algo que pasará en nuestra vida, y termina siendo todo lo contrario a lo que imaginamos.
A mí me pasó hace poco, una noche común y corriente busqué en la refrigeradora algo para cenar. Detrás de un bote de salsa vi un contenedor y pensé “It´s nacho time, baby!”. Era queso para nachos. Corrí al microondas y lo calenté, alisté las tortillitas, pollo, y esperé que pasara ese minuto eterno hasta que sonara el beep.
Para mi sorpresa y la de mi estómago no era queso lo que estaba calentando. Era un flan, y eso no combina con tortillitas y pollo, ¿verdad?
La desilusión nos lleva a decir “ya no quiero esto” y no nos damos cuenta que hay otras opciones por el simple hecho que no nos sacamos “los nachos” de la cabeza. No siempre todo puede salir como queremos, sino no habrían buenas historias que contar o nuevas decisiones que tomar. Si algo no sale como queremos, busquemos otras opciones, porque el que busca encuentra y existe la posibilidad que mejor que nuestra opción anterior. Aplica para la vida y para la cena.
El flan que no era queso me lo recordó justo en el momento que más lo necesitaba.
VQV