Desde que tenemos uso de razón, siempre han estado ahí.
El primer día de pre-escolar, cada año en nuestro cumpleaños, cuando estamos enfermos, cuando estamos felices, cuando tenemos miedo, cuando culminamos una etapa pero también cuando fracasamos o simplemente siempre están presentes en nuestra memoria. Ese trabajo no tiene vacaciones o días libres.
Un padre es aquel que se desvive a diario por darle lo mejor a sus hijos, que omite muchas veces el dolor o el cansancio por la simple satisfacción de ver una sonrisa en su rostro. Quizás por cosas de la vida tu mamá es papi y mami al mismo tiempo, o tu abuelo o tu tío lo sean. Quizás tu papá ya no esté con vos físicamente pero tenés la certeza que camina a tu lado a diario. Al final un padre es aquel a quien vos crees que le quede bien el título, cada uno de nosotros vive una realidad diferente pero de igual forma somos muy afortunados.
Honduras necesita más padres que les hablen de valores a sus hijos, que les demuestren con acciones qué es actuar bien y a discernir entre lo bueno y lo malo. Necesita padres que apoyen y crean en el talento de sus hijos, pero también Honduras necesita hijos agradecidos que quieran honrar de la mejor manera todo lo que sus padres han hecho por ellos. A llevar con orgullo su apellido, que se mantenga limpio y nadie pueda reprocharles algo. Nada ha de ser más bonito que ellos o ellas puedan decir con orgullo "Él es mi hijo".
Gracias papás, mamás que hacen de papás, abuelos y tíos por dejar una huella tan profunda en nuestras vidas que ni el mar, ni el viento, ni el tiempo la podrán borrar.
VQV