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Tetracampeones: Grabado por siempre en la historia


19.05.13 |

No fue una semana como cualquier otra, el Olimpia venía de perder el primer partido de la final del fútbol hondureño. Con la mínima diferencia y con las bajas por expulsión de Johnny Palacios y Javier Portillo. El más popular del pais, trabajó esta semana con la presión de que todo un pueblo olimpista esperaba por el tetracampeonato.

Como dije anteriormente, no fue una semana como cualquier otra y tampoco fue un Domingo como cualquier otro. Muchos olimpistas, se levantaron tempranito con rumbo a la taquilla del Nacional, en busca del boleto que les permitiría ver a su equipo campeonizar por cuarta vez consecutiva. Otros, probablemente desempolvaron su bandera azul-blanca-roja, para alzarla con orgullo a eso de las 6 de la tarde. Muchos otros probablemente buscaron una camiseta blanca extra, para llevarla al Nacional y hondearla al ritmo de "olé, olé, olé". O puede ser que otros, como yo, solo esperamos ansiosamente que fueran las 4 de la tarde para el pitazo inicial en el Nacional.

Se miraba un gran vacío en las gradas del coloso capitalino, no solo se miraba, también se sentía. La Ultra Fiel, no estaba en la grada alentando al equipo de sus amores. Quedaba en manos de los otros olimpistas presentes animar a su equipo hasta el final. Esos olimpistas que llenos de jubilo, al minuto 6 hicieron que temblara el Nacional. Fue Roger Rojas quien adelanto a los blancos y que ponía al Olimpia a 1 gol del tetra.

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Un gol tempranero era lo que necesitaba el Olimpia para meterse en el partido, y lo consiguió. Parecía un Olimpia arrollador, volcado al ataque, pero luego del gol disminuyo ese tornado de los primeros diez minutos. Real Sociedad, contaba con Rambo de León, un tiro libre cobrado por él pudo haber sido fatal para Donis, por lo que no entiendo por qué no ejecutó ninguno.

El segundo tiempo debia ser diferente, los dos equipos tenían que ir por el gol. Los de Tocoa, lo fueron a buscar, y el Olimpia jugaba muy impreciso, sin ganas y sin corazón. Algo parecía ocurrir en el Nacional, sol centro empezaba a corear cánticos, era la Ultra Fiel, que como siempre nunca deja solo a su equipo. El ambiente cambió por completo, motivó al cuadro merengue, que tuvo oportunidades de la mano de Rojas, Carlos Will y Caetano.

Pero no era ningún jugador de la línea ofensiva quien anotaría el gol del tetracampeonato. Fue Brayan Beckeles, quien puso a saltar a más de media Honduras con un toque sútil, para vencer a la Real Sociedad. Restaba media hora, en la que pudo ocurrir cualquier cosa, el equipo dirigido por Jairo Ríos hizo un gran torneo, y era merecido ese puesto en la final, en la cual no lucían como un equipo chico.

El arbitro adicionó 5 minutos, que fueron eternos para la afición olimpista. Cinco minutos, en los cuales todos se contenían el grito de campeones. Al fin llegó el pitazo que concluía el juego, y no solo llegó eso, también un récord único, el 27 trofeo del club, las lagrimas de alegría de don José Rafael Ferrari, los agradecimientos a Dios por los jugadores, el abrazo de JC Espinoza con Cocli Salgado. Y sobre todo llegó el momento que todos los olimpistas estaban esperando; ver a su equipo campeón una vez más.

Todo comenzó con aquellos goles revulsivos de Carlos Will Mejia, tres torneos atrás en aquella final vs. el Real España. Nadie se podía imaginar, que Tosello hiciera campeón al Olimpia, o que incluso consiguiera el tri, pero aún mas inimaginable era que consiguieran el tetra. El Olimpia sigue demostrando porque es el equipo más estable del país, y porque es el que más copas en sus vitrinas tiene. La mitad del pueblo catracho se irá a dormir hoy ronco, lleno de felicidad, con su pijama blanca y con ganas de que sea mañana para ir a molestar al vecino.

Y así terminaba este Domingo no tan común, con fuegos artificiales sobre el cielo el capitalino anunciando el nuevo campeón del fútbol hondureño: el Club Deportivo Olimpia.

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